Llega la maravillosa película de Eliseo Subiela: "El Lado Oscuro del Corazón" y Pum! todo me hizo sentido. Desde ese momento uno de mis poetas favoritos (ok, MI poeta favorito) es Mario Benedetti. De todas las imagenes de la película, la que mas me llego es una escena en la que "Oliverio" personaje principal, hace pacientemente la larga fila de una caja en un banco. Cuando finalmente le llega su turno, él todo lo que hace es ver intensamente a los ojos de la cajera y recitar el poema a continuación. Y en ese momento entendí, por lo menos para mi, la poesía.
Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón.
Tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época
por tactoy por sabor.
Sin temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos.
Estoy lleno de sombras
de noches y deseos
de risas y de alguna
maldición.
Mis huéspedes concurren
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor
yo les pongo una escoba
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos.
Pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada.
Las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada.
Ya mi rostro de vos
cierra los ojos
y es una soledad
tan desolada.
2 comentarios:
no te salves - mario benedetti
No te quedes inmóvil al borde del camino no congeles el júbilo no quieras con desgana no te salves ahora ni nunca no te salves no te llenes de calma no reserves del mundo sólo un rincón tranquilo no dejes caer los párpados pesados como juicios no te quedes sin labios no te duermas sin sueño no te pienses sin sangre no te juzgues sin tiempo pero si pese a todo no puedes evitarlo y congelas el júbilo y quieres con desgana y te salvas ahora y te llenas de calma y reservas del mundo sólo un rincón tranquilo y dejas caer los párpados pesados como juicios y te secas sin labios y te duermes sin sueño y te piensas sin sangre y te juzgas sin tiempo y te quedas inmóvil al borde del camino y te salvas entonces no te quedes conmigo.
No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de sorportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí! -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.
Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!
debo y concurro en toda la dimension de lo que el lado oscuro del corazón me hizo al verla como incipiente aspirante a rimador en su momento.
incluso hoy veinte o mas años despues, veo a oliverio y su terca, luminosa fé en si mimsmo y su arte desarrapado, y casi insoportablemente honesto, sus versos que valían por un "bifesito de chorizo" para el y sus amigos, y su encuentro "final" etereo y aereo para perder luego sin esperanza de encotrar de nuevo, como te decía, lo veo en el espejo mis mejores días y me paro en los semáforos sin decir nada, callandome a Oliverio.
sin embargo, veinte años o mas terminan por enseñar al mas bruto y aqui estoy Oliveriando a mi manera, unas veces mejor que otras, pero ahí voy.
gracias por el artículo Pana mío de hace mucho mas de veinte años.
Bravo Roxy, excelente selección
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