domingo, mayo 23, 2010

2:30am


Son las 2:30am... el peso del silencio es grande. Esta es la hora cuando uno esta en realidad a solas con sus pensamientos. Puedes caminar y dar vueltas, beber como un desgraciado y aun así no acallarlos.

Eso es una de las cosas que más me entristecen de los drogadictos y alcohólicos, el hecho de tener esperanzas que su adicción disminuya el dolor o la soledad o lo que sea que quieren ocultar. En realidad lo convierten en un concierto a las 2:30am. Claro, a veces envidio la esperanza que ellos tienen depositada en que sus peos se van con el alcohol. Yo no tengo esperanza, a menos que viniera un ACV y me reseteara, y eso para mi es un destino aterrorizante, que espero no sufrir.

2:30am la música suena mejor. Nada como cuando uno era adolescente y para dormir dejaba la radio o el reproductor prendido, bajito para no molestar a los padres en la habitación cercana. Y a esta hora que bien se oye la música así bajita. Incluso el rock heavy más metal. Lo mejor es que por alguna razón la música suave no duerme mas que un twist o un rapid metal.

A veces a las 2:30am entra una urgencia por hacer algo, lo que sea. Cambiar y ser mas responsable, adelantar ese trabajo que has ignorado a propósito pero que te fastidia en la parte de atrás de la cabeza. Una angustia por tener algo listo, que sabes que no vas a tener. Así la soledad de las 2:30am se convierte en una torturante necesidad de trabajo que se puede traducir en levantarte a hacer algo o tratar de dormir en la oscuridad de la habitación disfrutando de la soledad.

Son las 3:00am, creo que voy a dormir.